lunes, 23 de noviembre de 2020

GREGORIO OSSA Y FAMILIA. Las virtudes teologales

 MAUSOLEO DE GREGORIO OSSA Y FAMILIA. 

Fotos tomadas y compartidas por SOLCITO MORENO CONTRERAS.

Es esta una de las obras más compleja y rica en símbolos. Aquí encontramos a las virtudes teologales y algo más ya que las alegorías son cuatro mientras que las virtudes son solo tres: fe, esperanza y caridad. La esperanza aparece aquí con un ancla que nos afirma en las creencias y una llama sobre su cabeza como signo de la inspiración del Espíritu Santo. La caridad aparece siempre con niños que la rodean u ofreciendo su corazón en llamas. La fe y la esperanza muchas veces intercambian sus atributos por lo que pueden ser sus alegorías interpretadas de diversas maneras. La fe en general aparece como portadora de la cruz que nos libera de toda esclavitud, aún de la esclavitud de la muerte. Es interesante como estas alegorías se llevan la mano al pecho señalando el lugar del corazón. La paciencia, que sin ser una virtud teologal, muchas veces y por cuestiones de simetría acompañan a las restante, en general se la representa llevándose un dedo a los labios.
COMENTARIO.
En la religión cristiana, las «Virtudes Teologales» son aquellos dones que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del ser humano, con el fin de dirigir sus acciones hacia Dios mismo. Estas virtudes son frecuentemente citadas en el Nuevo Testamento, particularmente en la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios, 13, 13Son tres, la Fe, la Esperanza y la Caridad, y se supone que son recibidas por todas y todos los cristianos en el momento del bautismo. Debido a su importancia, las Virtudes Teologales han sido profusamente representadas en las obras de arte religioso de todas las épocas y estilos. Como se trata de conceptos abstractos, la iconografía ha recurrido al uso de alegorías para poder hacerlos visibles.
Una alegoría es una representación simbólica de valores o virtudes por medio de metáforas, personificaciones, bestiarios, objetos y otras figuras. La alegoría funciona como condensación, explicación o prefiguración de determinados significados de carácter moral. Así, cada personaje representa una virtud, porque el imaginario colectivo y la tradición identifican alguna de sus características con esa virtud.
La Fe es muchas veces representada como una sacerdotisa virgen vestida con toga, que sostiene una gran cruz con la mano izquierda mientras se lleva al pecho la derecha. «La mano que mantiene sobre el pecho muestra cómo en el interior de su corazón se contiene la viva y verdadera Fe, haciéndonos acreedores a la gracia por el hecho de poseerla». Otros atributos característicos de la Fe pueden ser un cáliz y un libro abierto, que hacen referencia al sacramento de la Eucaristía y a las Escrituras respectivamente.
La segunda virtud, es la Caridad. Se la representa como una madre cuidando de niños pequeños, uno de los cuales amamanta en su regazo. El hecho de que aparezcan tres niños hace alusión al conjunto de las tres Virtudes Teologales, de las cuales la más importante es la Caridad, pues sin ella no valen nada la Fe ni la Esperanza. Otro atributo característico de la Caridad puede ser un corazón ardiente o una llama, como símbolos del amor y la pasión, aunque de nuevo han sido obviados por nuestro artista.
La última es la Esperanza. Aparece como una joven que tiene las manos juntas y dirige su mirada hacia lo alto. También la misma alegoría puede levantar las manos hacia el cielo, acompañarse de una planta florecida o un lirio, e incluso sembrar algunas semillas de trigo que lleva en el regazo. Su mirada también es importante porque algunas veces «evita poner los ojos en las vanidades y falsas locuras del mundo, poniendo su mente y toda la nobleza de su intención en desear y esperar aquellas cosas incorruptibles, que no están sujetas a los cambios de los tiempos ni a los accidentes de la vida de los mortales», lo cual es bastante acertado para un monumento de carácter funerario