sábado, 16 de mayo de 2020

GILABERT INDART. Simbología harpocraticum

SIGNUM HARPOCRATICUM. Puerta del mausoleo Gilabert Indart. Foto personal tomada el 10 de enero 2018.
Seguramente hemos de encontrar a menudo esta figura que con un gesto calmo lleva el dedo índice a sus labios y todas y todos comprendemos que se nos pide silencio. Ese silencio se lo puede interpretar de muchas maneras Puede ser una invitación a prestar atención sobre el cielo al cual nos acercamos o un silencio que nos invita a la reflexión. Esta imagen tiene un nombre un tanto misterioso: SIGNUM HARPOCRATICUM que frecuentemente vemos en los hospitales cuando la figura de una enfermera nos pide silencio porque el silencio es salud. En este contexto muy posiblemente nos invita a no turbar el sueño de los que allí duermen si retornamos al significado original de la palabra "cementerio" que no es otro que dormitorio, o lugar donde se duerme.
RECURSO.
El gran historiador del arte André Chastel planteó, a partir de ahí, un reto radical: «La interpretación de la obra pictórica puede y debe hacerse a partir de la gestualidad». Y aún añadió: «Hay que poner provisionalmente entre paréntesis la consideración de los estilos en beneficio del examen de las formas, tratándolas como lugares específicos de paso del significante al significado». Y es que los gestos expresivos son uno de los grandes medios que el artista ha tenido a su disposición, a lo largo de la historia, para suscitar reacciones comparables a las que vivimos. Sin embargo, más allá del arte, los gestos hablan de nosotros y de los demás, como si se adelantaran para mostrar lo que alguien es, o piensa, o hace. Por ello un gesto, sólo un gesto, puede enamorar o irritar, resolver una situación tensa o provocarla, recordarnos el pasado o adelantarse al futuro. El gesto es siempre un terremoto que sacude la, a veces, quietud inexpresiva del cuerpo.




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