MAUSOLEO FAMILIA HIRANE.
Fotos personales tomadas el 9 de enero de 2019 y el 11 de enero de 2020
Al no ser permitido los entierros en las iglesias de la ciudad, algunas personas construyeron en este cementerio su iglesia propia. Esta es una clara copia adaptada de la Iglesia de San Francisco en el centro de la ciudad. Otras familias poderosos economicamente han reproducido su residencia cotidiana. Muchos de esos palacios y mansiones han desaparecido en la ciudad pero este espacio guarda en cierta manera aquella imagen del pasado.
RECURSO.
UN ESPACIO DE PERMANENCIA INFINITA.
Los mitos y ritos, en tanto creación del ser humano, están sujetos también a las transformaciones de la sociedad y el modo en que ésta enfrenta el tema de la muerte. En la lucha de la humanidad por vencer el inexorable paso del tiempo, que nos llevará a todos hacia un mismo fin, los cementerios se convierten en un espacio de permanencia infinita. Así también, la muerte adquiere una línea distinta cuando lo miramos desde el lado socioeconómico. Basta dar un pequeño vistazo a la distribución de tumbas y mausoleos en el Cementerio General, para concluir que las clases sociales predominan aún después de la muerte. Sin embargo, más allá de un simple tema de estatus, las 86 hectáreas de terreno representan un clarísimo plano a escala: la ciudad de Santiago. El Cementerio está dividido en barrios, ostentados por su respectiva estética, arquitectura, costumbres y fachadas.Así como los santiaguinos han elegido su propia forma de ordenar su urbanización, el Cementerio General la ha repetido, igualándola, semejando sus construcciones y creciendo a un ritmo similar. No es raro encontrar entre los mausoleos reproducciones exactas de la Iglesia San Francisco, de la Catedral o de monumentos a la patria, separados en avenidas, calles más pequeñas, paseos peatonales, jardines y banquillos. El Cementerio es una pequeña ciudad, donde las sepulturas de ricos y pobres se emplazan en sectores tácitamente delimitados, reproduciendo el orden de la ciudad de los vivos. No obstante, esto ha ido cambiando con el tiempo, pues su paso ha revelado las nuevas tendencias: las personas de clase alta ya no son sepultadas en las grandes necrópolis, sino en los nuevos cementerios parque. Así como en vida los santiaguinos se han ido separando cada vez más según su clase social, y los más acomodados han situado sus casas muy lejos del centro de la ciudad (hacia la cordillera), una vez muertos también son enterrados en un contexto de cierto aislamiento, surgiendo así los cementerios parque. Por ello, el barrio alto del Cementerio General está en deterioro; muchos mausoleos, de grandiosa arquitectura y gran ostentación, hoy se caen a pedazos. Aquel sector está prácticamente abandonado, dejando al Cementerio como preferencia actual de la clase media o baja.
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